Y ahí estás II

Miro el reloj, todavía estoy a tiempo, hoy puedo ir con calma. No entiendo cuando pasó que se volvió mi día a día este camino … este horario, pasó sin que me diese cuenta. Al principio no le di importancia, no me percaté de la belleza de sus ojos ni de la ternura de su mirada, ni siquiera me percaté de su existencia … solo era parte del paisaje … pero todo cambió … ahora es mi paisaje y el resto es solo una parte de su persona. Ya casi es la hora, ya casi llego. Tomo antes una bocanada larga de aire, los nervios me atacan, no entiendo por qué, mi cuerpo se mueve solo y avanza … esta calle se ha vuelto mi paraíso … mi bosque de Broceliande. Suena mi teléfono, es la alarma, no tengo ni que mirar, eso solo significa una cosa … ya son las 5, levanto la mirada y miro fijamente hacia esa puerta y cuento lentamente 3 2 1 … y ahí está él … siempre puntual. No puedo evitar que se me escape una sonrisa, no puedo evitar sentirme feliz de verlo, a ese desconocido que casualmente siempre se asoma en la puerta a las 5 de la tarde y mira hacia aquí como si encontrara un tesoro. Lo miro y siento su mirada firme, curiosa, como si explorara mi alma, como queriendo descubrir los secretos escondidos en mi universo. Lo miro … si tan solo supieras que paso por aquí solo para verte, si tan solo supiese tu nombre … quizás un día me llene de valor y te lo pregunte, te miro … te invito a que salgas de tu fortaleza y vengas a mi … te invito a mi universo … te invito pequeño caballero … se me escapa otra sonrisa, ya se escapa el día de hoy, ya no puedo verlo y soy tan cobarde que no me atrevo a mirar hacia atrás … no importa es solo por hoy … mañana será otro día … quizás mañana me llene de valor y te pregunte tu nombre … quizás mañana sea el día … quizás mañana.

Deja un comentario